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Una nueva serie de anuncios de campaña de Kamala Harris buscan destacar lo peligrosa que se ha vuelto la atención médica para las mujeres con la implementación de las leyes antiaborto, contando la historia de una mujer de Texas que contrajo una infección potencialmente letal por no recibir el tratamiento adecuado tras sufrir un aborto espontáneo y cómo podría nunca volver a tener hijos.
En uno de los anuncios, la mujer, identificada solamente como Ondrea, detalla lo emocionada que estaba cuando supo que iba a tener una niña, sólo para descubrir que ésta no sobreviviría porque la fuente se rompió demasiado pronto. Se le negó un aborto y, posteriormente, entró en trabajo de parto. “Inmediatamente después de su nacimiento, sufrí el peor dolor de mi vida”, dice, en su recámara junto a su esposo, con una foto enmarcada del ultrasonido del bebé. Posteriormente, contrajo una sepsis, que es una complicación del embarazo que pone en riesgo la vida de la madre.
El anuncio forma parte de un esfuerzo final de la candidata presidencial demócrata para destacar cómo la atención médica se ha vuelto cada vez más inestable para las embarazadas —incluidas aquellas que nunca pretendieron interrumpir la gestación— después de que tres jueces, nombrados por el entonces presidente Donald Trump para la Corte Suprema, contribuyeron a invalidar el derecho al aborto en la Constitución en junio de 2022 anulando el fallo Roe vs. Wide de 1973.
Ondrea culpa Trump de su situación.
“Casi muero, y quedaré afectada por el resto de mi vida”, dice en el anuncio.
En otro anuncio, dirigido a los hombres, Cesar, el esposo de Ondrea, dice: “¿Un bebé llorando en la noche? Me encantaría escuchar eso todas las noches. Y ahora, es posible que nunca volvamos a embarazarnos de nuevo”.
“Hay derechos y libertades que tuvimos por generaciones, y que simplemente nos arrebataron”.
El viernes, la campaña de Harris se centrará en la salud reproductiva en Texas, un estado confiablemente republicano que tiene una de las prohibiciones más estrictas del país, y donde las mujeres han demandado o han levantado la voz sobre los peligros de carecer de atención médica adecuada.
Cuando se anuló el fallo Roe vs. Wade, los demócratas se centraron inicialmente en las limitaciones del acceso al aborto para interrumpir embarazos no deseados. Pero los mismos procedimientos médicos que se usan en esos casos se emplean también para tratar los abortos espontáneos. Y en los 14 estados con prohibiciones estrictas del aborto, cada vez menos mujeres pueden obtener atención médica antes de que su condición ponga en riesgo su vida. En algunos estados, los médicos incluso pueden enfrentar acusaciones penales si proporcionan atención sanitaria.